Medidas de seguridad en el hogar - tipos de accidentes
Da la impresión de que la mayoría de los accidentes tienen en común el hecho de que se podían haber evitado con un poco más de cuidado y atención. A pesar de que la mayor parte de ellos puedan ser impedidos, la gente considera en general que los accidentes sólo les ocurren a otras personas. Sin embargo, las estadísticas sobre los daños causados por accidentes, son realmente sorprendentes. A pesar de que ha habido un avance notable en la reducción de las muertes ocasionadas por diversas enfermedades, la tasa de mortalidad a causa de accidentes ha disminuido muy poco. En realidad, éstos ocupan el cuarto lugar como causantes de muerte en los Estados Unidos. Los fallecimientos de niños entre las edades de 1 y 14 años son causados más por accidentes que por las siguientes enfermedades tomadas en conjunto: tuberculosis, difteria, polio, sífilis, fiebre reumática y apendicitis; todas ellas más los asesinatos provocan menos muertes por año que los accidentes que ocurren en el hogar. Cada año mueren en Chile unas 29.000 personas a causa de los accidentes caseros. Esta cifra debería ser suficiente para que los padres pensaran muy bien en las posibilidades de accidentes e hicieran que la palabra "descuido" deje de formar parte de su vocabulario.
Diferentes tipos de accidente
Las diversas clases de accidentes que ocurren comúnmente en el hogar serán detalladas a continuación con algunas de sus causas más probables. Esto podrá servir como una lista de control de las precauciones que se deben tomar para que haya seguridad en el hogar.
Fuego, quemaduras y choques electricos
Dado que la calefacción y el fuego son indispensables en la vida cotidiana para calentar la casa, cocinar y hasta para fumar, se debe dar especial atención diariamente a los riesgos implícitos en el uso del fuego. Entre los elementos mas peligrosos e importantes a ser tomados en cuenta se incluyen: el equipo y los cables eléctricos defectuosos, los hábitos en el fumar y el mal uso de los cerillos, el buen funcionamiento del equipo de calefacción, el mantenimiento adecuado de las estufas de petróleo, la espontánea ignición de la basura, él uso inadecuado de líquidos inflamables, las cenizas calientes y la colocación de combustibles en lugares cercanos a los calefactores.
Los incendios en las instalaciones eléctricas pueden ser el resultado de una sobrecarga en los circuitos, de cables defectuosos, de material aislado deficientemente, de interruptores defectuosos y del mal empleo de los aparatos eléctricos. Además de causar quemaduras y provocar incendios, la electricidad no manejada correctamente puede ocasionar conmociones e incluso la muerte, como consecuencia de fuertes descargas de la instalación eléctrica. En las casas antiguas se debe revisar la instalación ya que los aparatos eléctricos modernos demandan mayor carga de corriente. Sobrecargar un circuito y, en consecuencia, hacer que se sobrecaliente, puede ser el resultado de utilizarlo para demasiadas lámparas, motores u otros artículos. El calentamiento que se produce por esta sobrecarga puede provocar un incendio. Aun cuando la corriente no sea excesiva, puede haber un calentamiento peligroso o pueden saltar chispas debido a que las instalaciones eléctricas tengan conexiones sueltas o mal hechas. El fusible que se considera más seguro es el interruptor automático de circuito. Usar una moneda en vez de un fusible o fusibles es un habito común y muy peligroso.
Para dramatizar el peligro que puede representar una actitud descuidada hacia la electricidad en el hogar, citaremos a continuación un ejemplo: Una niña de tres años se quedó sola unos minutos en la mesa del comedor e introdujo un tenedor en el tostador de pan (algo que sus papás hacían con frecuencia) para sacar una rebanada; colocó, a la vez, la otra mano - la cual estaba húmeda en la parte exterior del tostador (de metal y por tanto excelente conductor eléctrico); poco después se encontró a la pequeña completamente inconsciente a causa de las quemaduras y de la descarga eléctrica y, a pesar de haber sido atendida de inmediato, no se le pudo salvar la vida. Tales desgracias pueden ser evitadas si los padres toman en cuenta las siguientes advertencias de seguridad que hacen los expertos en electricidad:
Los cables de los aparatos eléctricos no deben pasar por encima de radiadores o tuberías. No se deben tocar los aparatos eléctricos cuando se encuentra uno en la bañera, parado sobre un piso húmedo (como el de la lavandería) o con las manos mojadas. Los cables eléctricos no deben pasar por los batientes de las puertas ni por debajo de las alfombras, ya que el constante abrir y cerrar de las primeras y el caminar sobre las segundas, dañarán el material aislador. Los aparatos eléctricos deben ser colocados en contactos adecuados. Hay enchufes falsos que pueden colocarse en los tomacorrientes que no se deben usar, para impedir la curiosidad de los niños y de los bebés que gatean. Los enchufes no deben desconectarse tirando del cable sino del enchufe mismo. Una plancha eléctrica nunca debe dejarse conectada, ni por un solo instante, sin ser debidamente observada. Lámparas, aparatos eléctricos, cables de extensión y los núcleos de los cables conductores deben llevar una etiqueta en la que conste que fueron inspeccionados por autoridades competentes. Los cables que tengan el material aislante desgastado o agrietado deberán ser renovados. Algunas causas de ese desgaste son el roce con muebles de bordes afilados o el retorcer y tironear los cables. Las reparaciones o colocaciones de cables eléctricos en el hogar requieren la atención de personas especializadas en ello; no es un trabajo que cualquier aficionado puede realizar. Deben limpiarse todos los desperdicios que pueden haberse acumulado en sótanos, armarios, garajes, desvanes o en otros lugares de almacenaje. Además de estar alerta ante los peligros que representa la electricidad, toda la familia debe formarse el habito de controlar otros riesgos como el que representa el fuego. Para ello debe hacerse lo que sigue: Asegurarse de que las colillas de cigarrillos hayan sido bien apagadas; vaciar los ceniceros con regularidad y no fumar en la cama o cuando se esté muy cansado. Cigarrillos y cerillos siguen ocupando el primer lugar como causantes de incendios. Dejar siempre los cerillos lejos del alcance de los niños. Quitar todos los trapos impregnados de combustible que se hallen en los rincones de un armario o en el garaje. No dejar basura o botes de basura en lugares cercanos a una caldera. Almacenar los líquidos inflamables (gasolina, petróleo, pintura, etc.) preferiblemente en la parte exterior de la casa, lejos de las llamas o de algo caliente ya que sus gases con frecuencia son inflamables. Nunca se deberán usar estos líquidos para prender fuego en el interior de la casa. Todos los artículos de fácil combustión (papel, trapo, hojas secas y leña deben guardarse lejos de fuentes de calor e ignición (como calefactores, chimeneas, hornos, estufas y equipo eléctrico). Los aparatos eléctricos, como las planchas, que conservan el calor aún cuando hayan sido desconectados, deberán ser manejados y guardados con especial cuidado. Los sopletes, soldadores y otros artículos semejantes se deben almacenar en estantes no inflamables. Es indispensable disponer de un buen extinguidor cerca de tales herramientas para el caso de que se produzca una ignición incontrolable. Todo fuego que se enciende con un determinado propósito debe mantenerse alejado de los edificios o dentro de recipientes adecuados. Los niños deben aprender a temprana edad que tienen que estar prudentemente alejados de los calefactores y el fuego. Los adultos deben dar el ejemplo en esto y protegerse a sí mismos, evitando el contacto directo con los calefactores y el fuego siempre que sea posible. Es aconsejable que las casas tengan equipo adecuado para combatir el fuego, como extinguidores, varias mangueras en lugares estratégicos, de ser ello posible, además de material de primeras auxilios.
Envenenamientos por gas
Aparte de los peligros que representan los sistemas eléctricos defectuosos están los derivados de la calefacción, que encierran la posibilidad de incendios y envenenamientos con gas, especialmente en invierno. Para evitar la posibilidad de un incendio y del envenenamiento con monóxido de carbono, los sistemas de calefacción deben ser revisados anualmente en busca de los siguientes defectos:
Los cañones de las chimeneas no deben tener secciones agrietadas o corroídas. Las calderas y aparatos de calefacción deben ser inspeccionados por personal calificado y han de efectuarse las reparaciones necesarias. El equipo para quemar combustible, los conductos de éste y las chimeneas deben ser revisados regularmente y conservados en buenas condiciones. Si por alguna buena razón el combustible que se utiliza en el sistema de calefacción debe ser cambiado, un técnico especialista deberá hacer los ajustes necesarios para asegurar una combustión apropiada. No se deben operar calderas, calefactores, chimeneas o calentadores de agua sin una entrada adecuada de aire que reponga continuamente el que se haya perdido a través de la combustión. Los calefactores que funcionan a base de petróleo deben ser del tipo que no se vuelca fácilmente. Las tuberías que llevan el gas y el petróleo de los calefactores deben ser de metal y estar bien protegidas. Los calefactores eléctricos deben estar provistos de un interruptor de seguridad en la parte inferior, de manera que se apaguen automáticamente en caso de que el aparato se caiga. Los calefactores de gas y petróleo deben tener ventilación hacia el exterior de la casa.
Es recomendable revisar el sistema de escape de los automóviles. Los gases deben ser llevados íntegramente al tubo de escape y hacia fuera de los automóviles. Hay que asegurarse de que el escape no tenga defectos peligrosos. Una persona sentada en un automóvil estacionado por unos cuantos minutos debe apagar el motor a menos de que estén abiertas las ventanillas. Por el contrario, las ventanillas y entradas de aire del automóvil deberán estar cerradas al pasar por túneles o cuando el movimiento del carro sea muy lento, y el tránsito muy pesado, para evitar que se introduzca el monóxido de carbono que despidan los demás automóviles.
Si por alguna razón se tiene que encender el motor de un automóvil que esté estacionado en un garaje o en un espacio cerrado, hay que abrir las puertas y aún así el motor no debe dejarse funcionando más de unos cuantos minutos. Si es necesario dejarlo encendido durante más tiempo, se debe colocar una extensión en el tubo de escape (como las que usan los garajes comerciales) que vaya directamente al exterior.
Envenenamiento
No es desusado que en las casas haya medicinas, limpiadores, insecticidas y otros artículos venenosos. No es extraño, entonces, que las muertes por envenenamiento accidental continúen aumentando. Más de 1.700 muertes por envenenamiento accidental ocurren en los Estados Unidos todos los años. Esta cifra refleja un incremento anual de 7% a partir de 1956. A pesar de lo vulnerables que pueden ser los niños a las aspirinas, laxantes y somníferos, más de dos terceras partes de estos accidentes fatales ocurren en personas mayores de 14 años.
Aunque la mayoría de las sustancias peligrosas que pueden causar envenenamientos están en los baños y cocinas, es posible que también se encuentren en cualquier otra parte de la casa (las píldoras para dormir en un mueble del dormitorio, por ejemplo), razón por la cual, las reglas de prevención hay que aplicarlas en todas partes.
Se deben leer cuidadosamente las etiquetas que proporcionan la información del contenido de los frascos medicinales: riesgos, dosis y antídotos. Las etiquetas deben ser bien cuidadas a fin de que puedan servir de futura referencia, en caso de ser ingeridas las medicinas accidentalmente. Las medicinas que se modifican con el tiempo deben ser tiradas cuando ya no se vayan a necesitar. Las medicinas que son para uso interno deben guardarse en un lugar distinto de las que son para uso externo. No se deben tomar medicinas en la oscuridad. Las sustancias que son potencialmente venenosas no deben ser cambiadas a otros recipientes sin antes etiquetarlos adecuadamente. Estas sustancias no deberán colocarse en utensilios de cocina, botellas de refresco o envases de este tipo. No deben mezclarse en un solo frasco diferentes clases de medicina y píldoras. Los insecticidas y venenos para roedores no deben guardarse en la cocina y hay que tener especial cuidado de usar en despensas y cocinas sólo aquellos que son recomendados como seguros. Las frutas y legumbres deben ser lavadas cuidadosamente antes de ser utilizadas. Las medicinas y otros artículos potencialmente peligrosos deben ser colocados fuera del alcance de los niños y guardados de preferencia en botiquines que puedan cerrarse con llave, dado que un niño puede envenenarse con menor cantidad de veneno que un adulto. Se debe prestar especial atención a artículos como detergentes, ceras, petróleo, fijadores para el cabello en aerosol, decolorantes, bolas de naftalina, etc. Es muy importante que todos los miembros de la familia adquieran una actitud cuidadosa con respecto a las sustancias potencialmente venenosas. Ya que a los niños les gusta imitar la conducta de los adultos, es mejor no tomar medicinas en su presencia. Es digno de hacer notar que la aspirina es el veneno número uno en los niños. Nunca se refiera a las medicinas que da a los niños como si fueran dulces. La medicina debe ser llamada medicina y manejarse como tal. De la misma manera que en los otros tipos de accidente, los padres deben, no sólo dar los pasos apropiados para evitar dificultades, sino también saber qué hacer en caso de que surja algún problema; es indispensable tener a la mano una lista de antídotos adecuados.
Cortaduras
Los accidentes pueden causar tanto heridas que apenas se noten como otras que puedan ser fatales. En ningún tipo de accidente es esto más obvio que en las cortaduras. Las hay leves, en las que no sale sangre y no se siente dolor y las hay que causan gran dolor e incapacidad. Las cortaduras pueden provocar envenenamiento de la sangre, tétanos, o una severa infección que requiera amputar un dedo, una mano o una pierna; la cortadura de un tendón o la pérdida de mucha sangre pueden ocasionar que la persona quede parcialmente lisiada e incluso dar lugar a la muerte.
A continuación se dan algunos consejos para reducir las posibilidades de causarse cortaduras en el hogar:
Dado que las herramientas desafiladas, por lo general requieren emplear más fuerza (las manos se cansan más rápidamente y resbalan con mayor facilidad), es preferible mantener los utensilios cortantes lo más filosos posible. No solamente las hojas y las partes de metal deben estar en buenas condiciones, sino también los mangos, que deben ser sólidos y firmes para que puedan ser asidos con más seguridad. Todas las herramientas deben guardarse en lugar seguro. Los cuchillos y otros utensilios deben colocarse en estantes o cajones que estén completamente separados de las otras herramientas. Las más grandes y filosas, como las hachas y hoces, deben ponerse en sitios de los que no se puedan caer. Las herramientas deben manejarse en forma segura y sostenerlas con las partes puntiagudas lejos del cuerpo. Se recomienda pasarlas a otras personas presentándoles la parte sin filo en primer plano. Las herramientas deben servir para un fin determinado únicamente. No conviene usar cuchillos como si fueran hachas de mano o las navajas de rasurar como si fueran cuchillos. Siempre que utilice herramientas, es más seguro cortar en sentido contrario al de su cuerpo o bien usar una tabla para cortar. Es necesario tener mucho cuidado con aquellos artículos que puedan causar cortaduras profundas, como botellas, platos, lavabos de porcelana rotos, etc. Las piezas rotas de vidrio, porcelana, cerámica, etc., deben ser barridas y envueltas en varias hojas de papel periódico antes de tirarlas a la basura. Si cae vidrio roto en el agua o en los platos que se están lavando, hay que vaciar el agua del fregadero y quitar las piezas utilizando varios pedazos de tela para proteger las manos. Los trozos más pequeños se levantan fácilmente con toallas húmedas de papel. Las áreas grandes de cristal, tales como puertas y ventanales que se instalan en los edificios modernos, pueden resultar muy peligrosas. Es necesario colocar ante ellas muebles, plantas y otros medios para evitar la posibilidad de que alguna persona se las lleve por delante. El cristal de seguridad es más caro, pero vale la pena el costo adicional. Las navajas de rasurar son un peligro permanente. Deben guardarse fuera del alcance de los niños y ponerse en un recipiente especial cuando se vayan a desechar, si no han de envolverse en papel sanitario antes de tirarlas al bote de la basura. Las tapas de las latas deben ser tratadas con el mismo cuidado que si se tratara de cristal roto. Los abrelatas deben ser adecuados, afilados y fáciles de manejar. La estopa de acero mal empleada puede causar profundas heridas. Es más seguro comprarla en pequeñas almohadillas si esto no es posible, es preferible cortarla con cizalla: nunca debe rasgarse.
Accidentes con armas de fuego
Las personas que tengan armas de fuego en su casa deberán poner especial cuidado respecto al lugar donde las guarden y la manera en que las usen. Vale la pena hacer notar que la mayoría de los accidentes fatales que ocurren a consecuencia de las armas de fuego suceden en el hogar y no en la caza. Asimismo, la mayor parte de estos accidentes no le suceden necesariamente a los jóvenes; los casos fatales se dividen por igual entre personas menores y mayores de 25 años.
A continuación se asientan algunas sugerencias de seguridad para las personas que tienen armas en el hogar:
Todos los que manejen o posean armas de fuego deben tener claro conocimiento de ellas: qué las hace disparar, cuales son sus riesgos potenciales y cuáles son sus dispositivos especiales de seguridad. Todo revólver debe ser tratado como si estuviera cargado. La boca de los revólveres debe apuntar siempre hacia una dirección segura (por lo general hacia arriba o hacia abajo). Un revólver no debe nunca ser cargado a menos que se tenga la expresa intención de disparar hacia algo. El pasador de seguridad debe ser puesto siempre y no se debe confiar totalmente en él. Es aconsejable que el manejo o limpieza de las armas no se efectúe en presencia de otras personas. Sería ideal que todas las armas se guardaran bajo llave o por lo menos descargadas y fuera del alcance de los niños y de adultos irresponsables. Las armas deben guardarse en un lugar diferente de donde estén las municiones. En cualquier demostración con armas de fuego se deben tomar las precauciones de seguridad pertinentes. Las armas deben ser conservadas en buenas condiciones, con la limpieza, lubricación e inspección adecuadas, según las recomendaciones de los fabricantes. El que posea o coleccione armas antiguas que aún funcionen, debe hacerlas revisar por un armero competente y asegurarse del tipo de munición que puede utilizarse en ellas y si pueden ser disparadas sin ningún problema. Si esas armas ya no funcionan correctamente, habrá que quitarles las agujas de percusión y destruir las municiones que se usaban en ellas.
Los clubes de tiro de la localidad pueden dar información con respecto a las áreas de práctica que sean seguras y que estén provistas de redes de protección para las balas que reboten. Tirar al blanco en sótanos es aconsejable únicamente con armas de corto calibre y sólo bajo condiciones apropiadas, las cuales incluirán un cuadro de arena para que reciba las balas. Ya que no requieren de instalaciones muy complicadas, los proyectiles de gas o aire comprimido son más adecuados para el tiro al blanco en los sótanos. Estas armas, sin embargo, pueden ser también extremadamente peligrosas y se deben tener en cuenta las reglas de seguridad para su uso.
Los padres que investigan los peligros potenciales que pueden existir en sus casas, como probables causas de caídas, incendios, quemaduras, descargas eléctricas, envenenamientos con gas o por otras causas, cortaduras y accidentes causados con armas de fuego, se encuentran muy próximos a la meta de hacer más segura la vida de su familia. En realidad, puede quedar muy poco por hacer una vez que se ha revisado todo lo relacionado con la calefacción, instalaciones eléctricas, automóviles, garajes y otras áreas.